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"Escribo

a veces

la música interrumpe"

Nací bajo el hermoso cielo gris de Lima. Peruano. A los 8 años ascendí a 2.625 m., Bogotano. Colombiano. De niño quise ser cura y militar. Mis recuerdos más lúcidos son asociados al sonido, incluido el s i l e n c i o ; en especial, el s i l e n c i o , que vuelve todo más vehemente. Me salvé de una bomba solo por quedarme dormido en el bus. Me pica quedarme en un mismo lugar por mucho tiempo. Por eso los viajes; por eso correr y bailar. No concibo la vida sin música. Empecé a escribir desde el corazón notas y cartas a mis padres y a mi hermana en sus cumpleaños, o en alguna ocasión importante. Vinieron también amoríos, relaciones serias, y otras más serias. En el amor romántico, algo mágico empezó a suceder: encontré una enigmática belleza y misterio escribiendo, jugando con palabras y sonidos, narrando historias sobre ella, sobre nosotros. La palabra espabiló a la música, tal vez fue al revés, o viene siendo lo mismo. Solo sé, que desde entonces siento cómo a veces una discreta música me susurra al oído, tan fuerte como un trueno, y en otras, me da alaridos con solo una nota. Con el tiempo, me di cuenta de que algo poético me apoderó. Empecé a navegar lenguajes extraños y habitar mundos paralelos. Me sentí más vivo, más yo y, a la vez, más confundido, pues ¡¿de dónde carajos salió esto de mí?! Aún no sé bien. No suelo preguntarme mucho; prefiero dejarme llevar y alimentar mi curiosidad. Pienso que así estaré más cerca y seré más fiel a mi yo auténtico. Abrazar mi autenticidad es, tal vez, la búsqueda más feroz con la que me he comprometido. Y no tiene sentido si no la comparto y la celebro con los demás.

Gracias por pasar.

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